Ir al contenido principal

CRÍTICAS AL SISTEMA 1 y 2 DE KAHNEMAN

El reconocido Paul Glimcher, de la New York University, suele criticar a quienes sostienen la teoría dual de las decisiones (sistemas 1 y 2, o sistemas rápido y lento), como por ejemplo el premio nobel Kahneman, Laibson o Mc Lure, quienes proponen la existencia de dos sistemas relativamente independientes que regularían la toma de decisiones, una asociada a lo emocional (el área límbica) y el otro más racional (principalmente la corteza cerebral). 

Para ser más genéricos, Glimcher critica los modelos de racionalidad “múltiples yo”, donde generalmente se describe al área comprendida por los ganglios basales y la corteza media prefrontal como un módulo emocional, que interactúa (aditivamente) con un segundo sistema organizado alrededor de la corteza parietal posterior y la corteza prefrontal dorsolateral, que formarían un módulo racional. 
Según este investigador, estaría relativamente comprobado (en primates) que la actividad neural en la corteza parietal posterior (eminentemente racional) predeciría preferencias (que supuestamente se generan en áreas emocionales), bajo todas las condiciones que han sido estudiadas (recompensa inmediata, recompensa a futuro, grandes y pequeñas recompensas y recompensas de alta y baja probabilidad). Además, menciona Glimcher, hay bastante evidencia empírica, que en conjunto, estarían mostrando una estructura globalmente involucrada en actividades de valoración de preferencias y no una estructura manejada exclusivamente por la emocionalidad, como sostiene la teoría del sistema 1 y 2 de Kahneman. 



Concluye Glimcher que las emociones verdaderamente influencian nuestra toma de decisiones, en especial en su etapa de valoración, pero de ninguna manera habrían “múltiples yo”, es decir, lo emocional por un lado determinando valoraciones (utilidades) de objetos y acciones, y lo racional por el otro lado, decidiendo cuál es la mejor opción y dando la orden para ejecutar. 
Sin embargo, enterado Kahneman del embate de Glimcher, sostiene que no cree que la evidencia citada  sea contundente para invalidar el argumento de que la toma de decisiones emerge de un conflicto entre emociones y razón; todo lo contrario al sistema “unitario” que propone Glimcher; de hecho, según Kahneman, habría importante evidencia conductualista sobre la existencia de “múltiples yo” en nuestra psiquis, y de la importancia del conflicto; sin embargo termina sosteniendo que se necesita más evidencia empírica desde las Neurociencias para definir el ganador de este debate; es decir, tampoco arremete en forma definitiva contra la crítica de Glimcher.

Autor: Sebastián Laza 


Comentarios

Entradas populares de este blog

Marcadores Somáticos: Atajos para la Toma de Decisiones

La hipótesis del marcador somático, de la mano de Antonio Damasio, ha sido muy relevante al momento de comprender el papel que juega la emoción en la toma de decisiones. La idea consiste en que las consecuencias de una decisión producen en la persona una determinada reacción emocional que es subjetiva, que se puede “vivenciar”, y que a su vez es somática, es decir se traduce en reacciones musculares, neuroendócrinas o neurofisiológicas. Esta respuesta emocional a su vez se puede asociar con consecuencias, ya sean negativas o positivas, que se repiten con cierta constancia en el tiempo y que provoquen dicha respuesta. Este mecanismo de asociación es el que produce lo que Damasio llama “marcador somático” y que influye en las decisiones a tomar a futuro. De esta manera, la reacción emotiva pasada influye en la toma de decisiones futura, posibilitando la anticipación de las consecuencias y guiando el proceso de resolución final. En este sentido se afirma que los marcadores

UN MUNDO DE GENTE APURADA

¿Se han puesto a pensar por qué andamos por la vida tan apurados? Dormimos poco, comemos apurados, compramos apurados, manejamos apurados, estudiamos apurados, multitasking en la oficina, zapping permanente en tv, en la música del auto, etc. VAMOS A EXPLOTAR. Se nos pasa el año volando, los días volando, las horas… Es frenético el ritmo.  ¿Pero quién nos apura? Los economistas decimos que “la gente prefiere ir más rápido o más lento, es decir elegir más a corto o a largo plazo, en función de lo que llamamos  tasa de preferencia temporal. Y está comprobado que,  en promedio, la gente suele valorar más obtener recompensa ahora, aunque sea menor, que esperar un tiempo Y OBTENER ALGO MAYOR A FUTURO.  No queremos esperar… lo queremos todo ya.  Podés legir rendir para un 10, pero te querés sacar de encima la materia ya, estudiás menos y aprobás con un 7.  Podés elegir esperar una semana, comparar precios y modelos, y comprarte el teléfono móvil nuevo … pero no… te en

DECIDIR NO DECIDIR: EL SESGO DE OMISIÓN

La mayoría de las veces, la gente, ante el riesgo, elige no actuar, con tal de no fallar. Tememos errar por naturaleza, y más aún tememos a las consecuencias del yerro en la acción, entonces preferimos la omisión.   De esta forma, cuando nos enfrentamos a una decisión riesgosa, la forma en que nos presentan el problema es muy importante. No es lo mismo presentar un problema en el que el individuo puede experimentar cierto nivel de pérdidas si falla en su acción, a otro en el que el individuo puede sufrir el mismo nivel de pérdidas, pero en esta ocasión cuando deja de actuar. El ser humano generalmente va a preferir fallar por omisión que por acción. El ejemplo clásico es el dilema del padre que debe decidir si vacunar a los hijos ante una enfermedad mortal, pero cuya vacuna tiene efectos secundarios. De esta forma, el padre debe decider si vacuna a su hijo contra una efermedad mortal de la que el hijo puede contagiarse naturalmente con un probabilidad del 1%. Si le pone l