El ancla como "búsqeda de calma" en un mundo decisional altamente incierto Las personas solemos confiar demasiado en la primera información que encontramos a mano. El sesgo de anclaje es la tendencia a usar dichas primeras impresiones para formar nuestras percepciones, que luego terminan afectando todas las decisiones posteriores. Por ejemplo, el precio inicial ofrecido por un automóvil usado establece el estándar para el resto de la negociación, por lo que los precios más bajos (regateo) que el precio inicial parecerán más razonables, incluso aún si son más altos de lo que realmente vale el auto. De esta forma, los seres humanos tendemos a anclar nuestros pensamientos en un primer punto de referencia, que no necesariamente es el óptimo. En la vida diaria, un buen ejemplo de efecto de anclaje es el precio descontado de los productos. Si un Producto A tiene un precio de venta de $ 50, y un Producto B un precio original (declarado) de $ 80, pero que se vende a $ 50