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HOMO ALGORITHMICUS: EL SER HUMANO EN LA ERA DE LAS DECISIONES DELEGADAS

 


Un clic para elegir pareja.

Otro clic para invertir tus ahorros.

Uno más para que el GPS te diga por dónde ir.

Parece que todavía decidimos, pero en realidad, en la mayoría de los casos, ya no lo hacemos nosotros: delegamos. Y lo hacemos con una naturalidad tal que apenas lo notamos.

Vivimos la transición silenciosa del Homo Sapiens al Homo Algorithmicus: una criatura que no solo usa algoritmos, sino que piensa, actúa y hasta siente según las lógicas que estos le imponen. No es ciencia ficción; es la vida diaria de millones de personas que confían más en la pantalla que en su propia intuición.

Delegar no es nuevo. Siempre lo hicimos: en un médico, en un asesor financiero, en un maestro. La diferencia es que antes había un rostro, una voz, una historia detrás de esa delegación. Ahora, la mayoría de las veces, la decisión viene de un código opaco, una caja negra cuya lógica apenas entendemos, pero a la que otorgamos una confianza casi ciega.

La economía conductual nos ayuda a entender por qué: el cerebro busca atajos, quiere minimizar el esfuerzo mental. Frente a la complejidad, nos seduce la promesa de una solución “objetiva” y “eficiente”. La autoridad de la máquina, combinada con la ilusión de neutralidad, activa un sesgo de confianza que nos lleva a decir: “que decida el algoritmo”.

Pero esa comodidad tiene un precio. Cada vez que delegamos sin cuestionar, cedemos un poco de autonomía. Pasamos de ser navegantes a ser pasajeros. Y un pasajero que no sabe leer el mapa difícilmente pueda tomar el control si el piloto automático falla.

En los mercados financieros, el Homo Algorithmicus invierte en carteras optimizadas por inteligencia artificial, diseñadas para maximizar retornos y minimizar riesgos. Sin embargo, esos modelos también arrastran sesgos: el sesgo del pasado, que proyecta que el futuro será como ayer; el sesgo de la información disponible, que ignora lo que no se mide; y el sesgo de programación, que traduce las creencias de un programador en decisiones globales.

En el consumo, vivimos en burbujas de recomendaciones. Amazon sabe qué vas a comprar antes de que vos lo pienses; Netflix te “ahorra” la búsqueda; Spotify construye tu banda sonora personal. Parece magia, pero en realidad es un mecanismo de predicción alimentado por cada clic, cada pausa, cada me gusta. Y así, la diversidad de opciones se reduce al perímetro invisible que los datos dibujan alrededor de cada uno.

Lo paradójico es que el Homo Algorithmicus cree estar más libre que nunca. Cree que sus decisiones son propias, cuando en realidad son fruto de una arquitectura algorítmica diseñada para orientar —o manipular— elecciones. Igual que en política, donde el microtargeting digital ya decide qué mensaje ves, con qué tono y en qué momento.

Esto no significa que debamos renegar de los algoritmos. Como toda herramienta poderosa, pueden mejorar la vida si se usan con conciencia. Pueden ayudarnos a tomar mejores decisiones, a filtrar información irrelevante, a optimizar recursos. El desafío está en no confundir ayuda con sustitución.

Ser Homo Algorithmicus no tiene por qué ser el final de nuestra autonomía. Podemos aprender a leer el código que nos rodea, a identificar cuándo conviene delegar y cuándo debemos decidir por nosotros mismos. Se trata de recuperar la capacidad crítica que la comodidad digital nos está arrebatando.

Porque, al final, la pregunta es simple pero incómoda: ¿seguimos programando a las máquinas o ellas ya nos están programando a nosotros? La respuesta definirá no solo el futuro de la tecnología, sino el de nuestra propia libertad como especie.

Bibliografía

  • Kahneman, D. (2011). Thinking, fast and slow. New York: Farrar, Straus and Giroux.
  • O’Neil, C. (2016). Weapons of math destruction: How big data increases inequality and threatens democracy. New York: Crown.
  • Pariser, E. (2011). The filter bubble: How the new personalized web is changing what we read and how we think. New York: Penguin Press.
  • Sunstein, C. R., & Thaler, R. H. (2008). Nudge: Improving decisions about health, wealth, and happiness. New Haven: Yale University Press.
  • Zuboff, S. (2019). The age of surveillance capitalism: The fight for a human future at the new frontier of power. New York: PublicAffairs.

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