Ir al contenido principal

Marcadores Somáticos: Atajos para la Toma de Decisiones

La hipótesis del marcador somático, de la mano de Antonio Damasio, ha sido muy relevante al momento de comprender el papel que juega la emoción en la toma de decisiones. La idea consiste en que las consecuencias de una decisión producen en la persona una determinada reacción emocional que es subjetiva, que se puede “vivenciar”, y que a su vez es somática, es decir se traduce en reacciones musculares, neuroendócrinas o neurofisiológicas. Esta respuesta emocional a su vez se puede asociar con consecuencias, ya sean negativas o positivas, que se repiten con cierta constancia en el tiempo y que provoquen dicha respuesta.

Este mecanismo de asociación es el que produce lo que Damasio llama “marcador somático” y que influye en las decisiones a tomar a futuro. De esta manera, la reacción emotiva pasada influye en la toma de decisiones futura, posibilitando la anticipación de las consecuencias y guiando el proceso de resolución final.

En este sentido se afirma que los marcadores somáticos pueden proporcionar señales metaconscientes que “facilitan la toma de decisiones”, incluso sin que los sujetos puedan explicar la razón de su estrategia, por ejemplo cuando compramos productos que claramente no nos convendrían desde el punto de vista de la relación costo-calidad, o cuando los empresarios manifiestan, en determinadas épocas, una aversión al riesgo que parece irracional. Una manera de estudiar estos efectos de tipo “marcador somático” nos lo muestra la prueba IGT (Iowa Gambling Task), basada en apuestas/juegos de azar, en los cuales distintas personas deben elegir entre diferentes montones de cartas, y dependiendo de su elección, reciben recompensas o castigos monetarios simbólicos, de forma que a largo plazo dos montones lleven a los participantes a perder, mientras que los otros dos a ganar. 

La idea es estudiar cambios en la actividad electrodérmica (conductancia cutánea) de los participantes, producidos por la situación de toma de decisiones. Por ejemplo, se ha demostrado que los sujetos normales muestran mayores respuestas de conductancia cutánea cuando las consecuencias probables de sus elecciones – ganancias o pérdidas - son mayores. Sin embargo, también se reportaron respuestas electrodérmicas anticipadoras, es decir aparecidas justo antes que los sujetos realicen la elección. Los investigadores observaron que los sujetos que elegían montones de cartas con mayores ganancias mostraron una mayor respuesta de conductancia previa a elegir los mazos que venían siendo desventajosos (con menores ganancias), lo que se ha interpretado como una señal corporal anticipadora que sirve de guía para que los sujetos eviten dicho mazo. 

Estas conclusiones, junto a las de otros estudios llevados a cabo en los últimos años, han situado en la corteza pre-frontal, especialmente la porción órbitofrontal ventromedial, a la “región clave” para la toma de decisiones, ya que es la zona donde se evalúan las consecuencias de los actos a largo plazo, gracias a la integración de los estados somáticos con información propia de la situación y con recuerdos almacenados de situaciones similares.

Estos hallazgos apoyan la idea de que existen respuestas somáticas anticipadoras (apoyadas y reforzadas por la experiencia) que van guiando el comportamiento futuro ante situaciones similares, posicionando a los marcadores somáticos como una variable relevante de considerar al momento de evaluar la toma de decisiones y la relación entre ésta y la emoción. 

Resumiendo entonces el concepto de marcador somático, podemos concluir que: 
  • el marcador somático se “aprende” de experiencias pasadas; 
  • el marcador somático se hace notar en situaciones en las cuales ciertos hechos actuales están asociados con emociones pasadas; 
  • cuando el marcador se activa, ya sea en forma consciente o metaconsciente, se promueve la réplica parcial o completa de un estado emocional pasado asociado con la situación actual a resolver; 
  • el marcador somático, como “memory trace”, queda grabado en circuitos corticales de alto orden, de los cuales la corteza ventro-medial prefontral es el ejemplo más notable. 
En síntesis, creemos que la hipótesis del marcador somático, de la mano de Damasio, Bechara y varios investigadores más en los últimos años, promete ser de gran importancia para aggiornar la teoría de las decisiones racionales (en la cual se basa la economía neoclásica) con la realidad observada en el mundo de los negocios, donde a diario se toman decisiones muy importantes, que involucran mucho dinero, pero donde lo emotivo, intuitivo y metaconsciente muchas veces termina primando en la decisión final, mejorando el éxito de la misma, y no al contrario.

Fuentes
  • Lavín, Claudio, Emociones y decisión: marcadores somáticos, año 2008, publicado en el blog www.neuroeconomia.cl 
  • Denburg, Natalie L., Psychophysiological anticipation of positive outcomes promotes advantageous decision-making in normal older persons, Elsevier. 2006.
  • Carstensen, L.L., Issacowitz, DM., Charles, S.T., 1999, Taking time seriously: a theory of socioemotional selectivity, American Psychologist 54, 165-181.
Autor: Sebastián Laza (economista, MBA, posgrado en Neurociencias Cognitivas Aplicadas)

Comentarios

Entradas populares de este blog

UN MUNDO DE GENTE APURADA

¿Se han puesto a pensar por qué andamos por la vida tan apurados? Dormimos poco, comemos apurados, compramos apurados, manejamos apurados, estudiamos apurados, multitasking en la oficina, zapping permanente en tv, en la música del auto, etc. VAMOS A EXPLOTAR. Se nos pasa el año volando, los días volando, las horas… Es frenético el ritmo.  ¿Pero quién nos apura? Los economistas decimos que “la gente prefiere ir más rápido o más lento, es decir elegir más a corto o a largo plazo, en función de lo que llamamos  tasa de preferencia temporal. Y está comprobado que,  en promedio, la gente suele valorar más obtener recompensa ahora, aunque sea menor, que esperar un tiempo Y OBTENER ALGO MAYOR A FUTURO.  No queremos esperar… lo queremos todo ya.  Podés legir rendir para un 10, pero te querés sacar de encima la materia ya, estudiás menos y aprobás con un 7.  Podés elegir esperar una semana, comparar precios y modelos, y comprarte el teléfono móvil nuevo … pero no… te en

DECIDIR NO DECIDIR: EL SESGO DE OMISIÓN

La mayoría de las veces, la gente, ante el riesgo, elige no actuar, con tal de no fallar. Tememos errar por naturaleza, y más aún tememos a las consecuencias del yerro en la acción, entonces preferimos la omisión.   De esta forma, cuando nos enfrentamos a una decisión riesgosa, la forma en que nos presentan el problema es muy importante. No es lo mismo presentar un problema en el que el individuo puede experimentar cierto nivel de pérdidas si falla en su acción, a otro en el que el individuo puede sufrir el mismo nivel de pérdidas, pero en esta ocasión cuando deja de actuar. El ser humano generalmente va a preferir fallar por omisión que por acción. El ejemplo clásico es el dilema del padre que debe decidir si vacunar a los hijos ante una enfermedad mortal, pero cuya vacuna tiene efectos secundarios. De esta forma, el padre debe decider si vacuna a su hijo contra una efermedad mortal de la que el hijo puede contagiarse naturalmente con un probabilidad del 1%. Si le pone l