Biología y Neurociencias Cognitivas están poniendo
de manifiesto una nueva visión de la naturaleza humana, que ya está empezando a impactar
en círculos académicos y empresariales.
La empatía es la capacidad del ser humano para vivenciar la forma en que otro individuo siente. Dicha capacidad puede desembocar en una mejor comprensión de sus propias acciones o de su manera de decidir determinadas cuestiones. La empatía otorga habilidad para comprender los requerimientos, actitudes, sentimientos, reacciones y problemas de los otros, ubicándose en su lugar y enfrentando del modo más adecuado sus reacciones emocionales.
La empatía como concepto es algo relativamente
nuevo, de hecho el término apareció en la literatura psicológica hace apenas un
siglo, prestado de la Estética alemana, que utilizó el término Einfühlung
para referirse a cómo el observador de la obra de arte proyecta su sensibilidad
en ella. Es decir, si es un concepto moderno, su grado de penetración teórica-científica
en Ciencias Sociales es más reciente aún.
Teóricos de primer nivel en la actualidad, como
Jeremy Rifkin, sostienen que el núcleo mismo de la historia humana muestra la paradójica
relación entre empatía y entropía (desorden del sistema), argumentando que,
en distintos momentos de la historia, han surgido nuevos regímenes energéticos
que han convergido con nuevas revoluciones en las comunicaciones, creando
sociedades cada vez más complejas y empáticas, pero también cada vez más
entrópicas (desordenadas).
Hoy la Neurobiología otorga un respaldo rotundo a
la importancia de la empatía en el desarrollo humano, sobre todo a partir del
descubrimiento de las llamadas neuronas espejo, que se activan en el
proceso de observación atenta de otros seres, con la particularidad de que lo
hacen en la misma cantidad y en la misma región cerebral que las que se activan
en el sujeto observado y permiten a los humanos y a otras especies de animales
captar la mente de otros como si la conducta y los pensamientos de esos otros
fuesen suyos. Pero esta identificación, y ésto es lo notable, no se produce
mediante el razonamiento intelectual, sino por medio del "vivo y en
directo", es decir sintiendo, no pensando. En síntesis, estamos
cableados para sentir empatía, es parte de nuestra naturaleza y es la base
material que nos permite ser seres sociales.
Oxitocina y Confianza
entre las Personas
Lindante con la empatía, se encuentra la confianza
(trust) entre las personas, indispensable para afianzar las sociedades humanas y las organizaciones
empresariales. La confianza es necesaria tanto para hacer amistades, formar
parejas, familias y organizaciones y por supuesto juega un rol esencial en los intercambios económicos. En ausencia de empatía y confianza entre
personas, las transacciones de mercado se cortan.
La mayor parte de la evidencia reciente indica que
la confianza entre conciudadanos contribuye al éxito económico y empresarial de
los países. Sin embargo, poco es conocido
acerca de las bases biológicas de la confianza entre seres humanos. Avances
recientes en Neurociencias sugieren que la oxitocina tiene un rol muy
importante en lo que respecta a fomentar interacciones sociales positivas.
Los receptores de oxitocina están distribuidos en varias regiones cerebrales
asociadas con la conducta, incluyendo el apareamiento, cuidado materno,
conducta sexual, etc. De esta forma, la
oxitocina parece permitir facilitar conductas humanas pro-sociales.
La oxitocina es sintetizada en el hipotálamo
(sistema límbico) y luego es liberada hacia el sistema circulatorio. En
humanos, tanto determinadas áreas del cerebro asociadas con la memoria (la
banda diagonal de Broca y el núcleo basal de Meynert), como áreas asociadas con
las emociones (hipotálamo y amígdala) presentan una importante acumulación de
receptores de oxitocina, si bien hay receptores de oxitocina distribuidos en
todo el cerebro. Y dicha distribución de receptores de oxitocina en áreas
límbicas sugiere que la decisión de
confiar en otros tiene un importante componente emocional, y por lo tanto
un alto componente de automatismo al momento de decidir.
Paul Zak, científico de la Neuroeconomía, luego de
casi una década de estudio y experimentos, sugiere que la oxitocina es el
estimulante humano de la empatía, la generosidad y la confianza, es decir,
el pegamento social que permite crear familias, comunidades, empresas y
prósperas economías librecambistas.
Felicidad Organizacional
Los modernos aportes en Felicidad Corporativa,
sugieren cómo este aspecto le aporta valor a la empresa, no sólo porque se
refleja en el incremento de sus ingresos sino por el cambio en el clima
laboral, creando una cultura real y fidelizada, una comunidad, una familia.
La creación de
ambientes empáticos y colaborativos en la empresa aumentan claramente la
felicidad del trabajador, lo que mejora la productividad, el fundamento último
de toda mejora competitiva. Sin embargo, son muy pocas las empresas que hoy
en día miran estos aspectos pro-empáticos y pro-colaborativos.
De esta forma, conseguir un ambiente favorable en
la empresa puede reportar enormes beneficios, pero no es tan sencillo como
parece a primera vista, ya que hay que tener en cuenta muchos factores que
influyen en el bienestar de los trabajadores.
A continuación, algunos de los pilares más
importantes para construir una cultura corporativa de la felicidad que contente
a ejecutivos, trabajadores y consumidores:
- La actitud del CEO es clave: el jefe máximo tiene que encarnar esa cultura positiva, si no lo hace no puede exigir nada de sus trabajadores.
- Marcar objetivos claros: los ejecutivos deben cuidar a sus trabajadores, pero también exponer con claridad los problemas y objetivos a los que se enfrenta la empresa.
- Construir relaciones más allá del trabajo: relacionarse con personas del trabajo ayuda a aumentar notablemente el grado de engagement.
- Prestar atención a las vidas personales: conocer más detalles de la vida privada de las personas es siempre positivo para que los empleados se sientan en un ambiente más familiar, empático y colaborativo.
En
síntesis
Los avances en Neurociencias Aplicadas a las
Organizaciones nos sugieren que fomentar los vínculos empáticos en las
organizaciones mejoran claramente la productividad, es decir, el sentirse como
parte de una familia, donde la dimensión humana ocupa un lugar importante junto
a la dimensión profesional-técnica.
Por supuesto
que no es fácil implementar programas en este sentido empático-colaborativo,
sin embargo, las organizaciones que lo han intentado seriamente han
experimentado mejoría competitiva, lo que debería ser acicate suficiente para
que muchas más sigan esa senda.
Bibliografía:
- https://www.marketingdirecto.com/actualidad/checklists/trabajadores-felices-empresa-exitosa-5-pilares-para-crear-una-cultura-corporativa-positiva#/sthash.afCZnRp7.dpuf
- http://www.dailymotion.com/video/xto6t1_confianza-moral-y-oxitocina-paul-zak-v-o-s-neuroeconomia_school (video de Paul Zak, altamente recomendado).
- Zak Paul J. “Neuroeconomics”, 2004, The Royal Society
- Zak y Fakhar, Neuroactive hormones and interpersonal trust: international evidence, Elsevier, año 2006.
Autor:
Sebastián Laza, Economista, MBA, con Posgrado en Neurociencias Aplicadas a las
Organizaciones.
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