Los Premios Nobel Tversky y Khaneman, señalan que las personas piensan en términos de ganancias, pérdidas y resultados neutrales. De esta forma, proponen un análisis psicológico de las ganancias y las pérdidas, sentando las bases de su muy valorada Teoría de los Prospectos.
Existen diferencias bien definidas entre la Teoría Neoclásica en situaciones de riesgo (utilidad esperada) y la Teoría de los Prospectos. Mientras que la primera predice que la aversión al riesgo es independiente de un punto de referencia, la segunda predice que la aversión al riesgo está en el dominio de las ganancias y la búsqueda del riesgo está en el dominio de las pérdidas (excepto para pequeñas probabilidades). Adicionalmente, la Teoría de los Prospectos señala que los tomadores de decisiones nos movemos dentro de puntos de referencia inducidos por marcos de referencia ("framing"), dando a entender que las valoraciones sobre opciones similares pueden cambiar según desde el punto de referencia que se lo analice.
La gráfica muestra como el valor o motivación de las personas está más influida en un ambiente de pérdidas que en un ambiente de ganancias. En la misma se puede observar que la motivación (o el valor) no se incrementa indefinidamente con los beneficios que representa, sino que se estanca. Sin embargo, el miedo o motivación negativa decrece rápidamente al principio y luego lentamente a medida que las pérdidas crecen. Esto representa la diferente visión en la toma de decisiones frente a las ganancias y las pérdidas, que es la base de los trabajos de la Economía Conductual.
Vemos que la función de valor de la Economía Conductual tiene forma de “S” y es asimétrica, lo que implica que, dada la misma variación absoluta, hay un mayor impacto en las pérdidas que en las ganancias (aversión a la pérdida).
En general, al momento de decidir entre alternativas con cierto riesgo, las personas primero deciden cuáles resultados son vistos básicamente idénticos y fijan un punto de referencia, considerando los resultados más bajos como pérdidas y los más altos como ganancias. Posteriormente, las personas se comportan como si puedieran valorar (utilidad), basadas en los resultados potenciales y sus respectivas probabilidades y entonces escogen la alternativa que tenga la mayor utilidad esperada, dentro de esa curva en forma de S.
De esta forma, en el caso de las pérdidas, se busca el riesgo, es decir, se rechaza el resultado seguro a favor de elegir alternativas con probabilidades. Por ejemplo, el valor subjetivo de una pérdida de 200 a 100, es mayor que el valor subjetivo de una pérdida de 1200 y 1100, y haciendo una representación gráfica de ambos casos juntos, tenemos la mencionada curva en forma de S (con mayor pendiente para pérdidas que para ganancias).
Esta propiedad de generar mayor pendiente en la curva para pérdidas que para ganancias se suele llamar aversión a las pérdidas, y hace que una pérdida de x unidades monetarias produzca más rechazo que la atracción a una ganancia de las mismas unidades monetarias. La Neuroeconomía hoy confirma, con análisis de imagen de resonancia magnética en juegos de elección bajo riesgo, estos hallazgos conductualistas de aversión a las pérdidas, curva de utilidad esperada en forma de S, y en general toda la teoría de los prospectos, con gran impacto en los campos de la finanzas privadas especialmente.
Autor: Sebastián Laza (economista, posgrado en neuroeconomía National Research University -Rusia-)
Autor: Sebastián Laza (economista, posgrado en neuroeconomía National Research University -Rusia-)
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