Ir al contenido principal

MIEDOS, PÁNICO y NEUROECONOMÍA

Los textos sobre Psicología ilustran que el miedo es una emoción caracterizada por una intensa sensación desagradable provocada por la percepción de un peligro, real o supuesto, presente, futuro o incluso pasado. Es una emoción primaria que se deriva de la natural aversión humana al riesgo o la amenaza, y que en grados extremos termina en pánico o terror. Adicionalmente, el miedo está relacionado con la ansiedad.

Yendo a la Economía, el miedo se analiza generalmente como tasa de riesgo, en términos de decisiones con aleatoriedad de resultados, y se modeliza principalmente con gráficos estadísticos que calculan medias y desviaciones en series de tiempo. Una aplicación la encontramos en Finanzas y Mercados de Valores, donde puntualmente al riesgo se lo mide como volatilidad, una medida de la frecuencia e intensidad de los cambios del precio de un activo, definido como la desviación estándar de dicho cambio en un horizonte temporal específico. A mayor volatilidad, mayor riesgo de perder, ergo mayor miedo del inversor/apostador.

Por ejemplo, cuando un mercado presenta confianza o complacencia suele ser porque la volatilidad es muy baja y el mercado sube lentamente sin apenas asustar, por tanto los inversores se sienten seguros y este sentimiento es la antesala de las caídas. Por el contrario, cuando un mercado presenta miedo o pánico suele ser porque la volatilidad es muy alta y el mercado cae bruscamente asustando a gran parte de los inversores, por tanto los inversores se sienten inseguros y este sentimiento es la antesala de las subidas.

De esta forma, la volatilidad nos ayuda a conocer el estado de los inversores, es decir, el sentimiento tanto de niveles de confianza como de miedo o pánico extremo, lo que termina conectando a la Economía con la Psicología y las Neurociencias Cognitivas. De hecho en los mercados financieros a determinados índices de volatilidad se los llama "índices del miedo".

El Índice del Miedo

VIX es el Volatility Index del Mercado de Opciones de Chicago (Chicago Board Options Exchange Market). Los niveles de volatilidad de los principales índices mundiales de opciones están medidos de manera similar. Las opciones son productos financieros altamente especulativos, lo que de alguna manera los hace ideales para medir "humores de mercado", ya sea miedo o confianza.

En el momento en que hay alta volatilidad, el VIX alcanza una cifra elevada y se correlacionan con caídas de sus índices y nos índica que en el mercado hay miedo y pesimismo y suele coincidir con mínimos en el índice de referencia, es en estos momentos donde se producen fuertes movimientos en los mercados bursátiles, mientras que cuando el VIX está en mínimos, hay alegría y confianza.

Miedo y Neurociencias Cognitivas

Cuando se negocia volatilidad, es importante comprender como procesa el cerebro las posibles ganancias y pérdidas de un escenario dado. Un área de enorme importancia es el núcleo accumbens (estriado ventral), área del cerebro límbico (emocional), que se activa fuertemente cuando esperamos una recompensa, lo que nos hace propensos al riesgo. El accumbens anticipa no solo la recompensa esperada, sino también su probabilidad, lo que está altamente relacionado con su percepción de riesgo. Esta área límbica se encuentra en una zona del cerebro rica en dopamina, el neurotransmisor relacionado con la adicción; de ahí que haya muchos inversores adictos al riesgo.


El cerebro, en su valoración del riesgo previa a tomar la decisión, sopesa ganancias potenciales con pérdidas potenciales. Cuando el primer efecto domina, se encuentra fuertemente activado no solo el núcleo accumbens, sino también la corteza cingulada anterior, área cortical clave en la resolución de conflictos cognitivos agudos, como puede ser es una inversión de riesgo. En cambio, cuando la sensación de pérdida potencial domina a la sensación de ganancia potencial, la activación fuerte es de la ínsula anterior, área límbica clave para las sensaciones de disgusto o displacer, en este caso, transmitido como aversión al riesgo.

De esta forma, una mayor activación del accumbens hace que ganancias inciertas se vean como menos riesgosas, mientras que una fuerte activación de la ínsula anterior hace que la misma inversión parezca más riesgosa. Ambos procesos son eminentemente subconscientes, pero en gran medida definen nuestra elección final, si bien mediada por la corteza dorsolateral prefrontal, area racional por excelencia al momento de definir la decisión final.

La Teoría de los Prospectos del nobel Kahneman demuestra, con aval empírico de las Neurociencias Cognitivas, que en el dominio de las ganancias los inversores/apostadores promedio son aversos al riesgo, mientras que en el dominio de la pérdida son buscadores de riesgo, dada su aversión natural a las pérdidas (concepto clave para la Behavioral Economics), poniendo de relieve que los parámetros que definen lo que se decide no son fijos, sino que van cambiando dependiendo de los marcos de referencia desde donde se enfoque el problema. En el gráfico se puede observar que la pendiente del lado de las pérdidas es más empinada que en el caso de las ganancias.

Concluyendo

Como operadores de volatilidad/miedos, los inversores/apostadores se encuentran notoriamente influidos por determinantes cerebrales que operan por debajo del umbral de consciencia (núcleo accumbens, amígdala cerebral, ínsula anterior), que a la postre son los que van premoldeando la decisión final, si bien también fuertemente mediada por la corteza prefrontal dorsolateral, área cognitiva-racional por excelencia.

De esta forma, el llamado Índice del Miedo (VIX), basado en la volatilidad histórica de las cotizaciones bursátiles, termina siendo una expresión de los "humores del mercado", es decir una variable psicológica, basada esta última en una compleja interacción cerebral entre las áreas que procesan emocionalmente el riesgo y las áreas que procesan cognitivamente el riesgo, lo que torna clave para los analistas financieros entender un poco sobre Neurofinanzas, a los fines de tener más elementos de análisis a la hora de evaluar pánicos o sobrerreacciones bursátiles, fenómenos muchas veces inentendibles desde paradigmas demasiado lógico-racionales.

Links de interés: https://blogs.cfainstitute.org/investor/2012/02/27/bankable-insights-eight-lessons-from-neuroeconomics-for-money-managers/

Autor: Sebastián Laza (*

(*) Economista de la Conducta, especializado en la interrelación entre Neurociencia Cognitiva y Toma de Decisiones, con cursos sobre el tema en Argentina, Rusia, EE.UU. y Dinamarca. Es Director Ejecutivo del Programa en Neurociencias Aplicadas a la Gestión y la Economía (Universidad Nacional de Cuyo) y Coordinador del Área Neuroeconomía del Instituto Latinoamericano de Neurociencias Aplicadas (http://neurociencias.online/).


Adicionalmente, es autor del libro NEUROECONOMÍA, DISRUPCIÓN y CAMBIO (2018): https://www.amazon.com/NEUROECONOM%C3%8DA-DISRUPCI%C3%93N-CAMBIO-SMITH-D-KAHNEMAN/dp/198084397X/ref=sr_1_1?ie=UTF8&qid=1538250941&sr=8-1&keywords=neuroeconomia

Comentarios

Entradas populares de este blog

LO MISMO PERO DIFERENTE: EL EFECTO ENMARQUE

El efecto enmarque es uno de los tantos sesgos cognitivos de nuestra mente, humana y poco racional, en el que el cerebro toma decisiones sobre determinada información según cómo se le presenta la misma. Dicho efecto se usa a menudo en el marketing para influir en los responsables de las decisiones y en las compras, aprovechando la tendencia de las personas a ver la misma información, pero responder a ella de diferentes maneras, dependiendo de si una opción específica se presenta en un marco positivo o en un marco negativo.  ¿Cuál de estos productos elegiría: uno presentado como con 95% de efectividad, o el mismo con un 5% de falla? La mayoría de las personas es más probable que elija la primera opción, aunque las dos opciones sean idénticas. El modelo económico estándar predice que las personas siempre tomarán la misma decisión si se les muestran los mismos resultados, al maximizar la utilidad esperada. En su innovador estudio de 1979, Amos Tversky y Daniel Kahnemann, ambo...

Marcadores Somáticos: Atajos para la Toma de Decisiones

La hipótesis del marcador somático, de la mano de Antonio Damasio, ha sido muy relevante al momento de comprender el papel que juega la emoción en la toma de decisiones. La idea consiste en que las consecuencias de una decisión producen en la persona una determinada reacción emocional que es subjetiva, que se puede “vivenciar”, y que a su vez es somática, es decir se traduce en reacciones musculares, neuroendócrinas o neurofisiológicas. Esta respuesta emocional a su vez se puede asociar con consecuencias, ya sean negativas o positivas, que se repiten con cierta constancia en el tiempo y que provoquen dicha respuesta. Este mecanismo de asociación es el que produce lo que Damasio llama “marcador somático” y que influye en las decisiones a tomar a futuro. De esta manera, la reacción emotiva pasada influye en la toma de decisiones futura, posibilitando la anticipación de las consecuencias y guiando el proceso de resolución final. En este sentido se afirma que los marcado...

UN MUNDO DE GENTE APURADA

¿Se han puesto a pensar por qué andamos por la vida tan apurados? Dormimos poco, comemos apurados, compramos apurados, manejamos apurados, estudiamos apurados, multitasking en la oficina, zapping permanente en tv, en la música del auto, etc. VAMOS A EXPLOTAR. Se nos pasa el año volando, los días volando, las horas… Es frenético el ritmo.  ¿Pero quién nos apura? Los economistas decimos que “la gente prefiere ir más rápido o más lento, es decir elegir más a corto o a largo plazo, en función de lo que llamamos  tasa de preferencia temporal. Y está comprobado que,  en promedio, la gente suele valorar más obtener recompensa ahora, aunque sea menor, que esperar un tiempo Y OBTENER ALGO MAYOR A FUTURO.  No queremos esperar… lo queremos todo ya.  Podés legir rendir para un 10, pero te querés sacar de encima la materia ya, estudiás menos y aprobás con un 7.  Podés elegir esperar una semana, comparar precios y modelos, y comprarte el teléfono...