Ir al contenido principal

EL CEREBRO ARGENTINO Y SU ADICCIÓN AL DÓLAR

La Hipótesis del Marcador Somático, de Antonio Damasio, explica a la perfección el llamativo caso argentino

La adicción argentina al dólar, en épocas de incertidumbre en la política económica nacional, está entre las más altas en el mundo moderno. Y si bien la búsqueda de monedas estables para invertir en épocas de crisis es normal en todo el mundo (el famoso flight to quality), la fiebre que se desata en Argentina es enorme, haciendo sobrerreaccionar el tipo de cambio de manera notable.

De esta forma, al subir el precio del dólar en altas proporciones, en vez de originar una caída en su cantidad demandada, al contrario, su cantidad sigue subiendo en Argentina, desafiando la teoría económica tradicional, y obligando a los gobiernos a tomar medidas excesivamente duras para frenar dichas corridas: control de cambios, subas desmedidas de la tasa de interés en moneda nacional, entre otras medidas altamente recesivas. La respuesta está en el marcador somático del cerebro argentino: su adicción al dólar es enorme.


La hipótesis del marcador somático, del reconocido neurocientista Antonio Damasio, ha sido muy relevante en los últimos años al momento de comprender el papel que juega la emoción en la toma de decisiones. La idea consiste en que las consecuencias de una decisión determinada producen en la persona una determinada reacción emocional, subjetiva, que se puede “vivenciar”, y que a su vez es somática, es decir se traduce en reacciones musculares, neuroendócrinas o neurofisiológicas.

Esta respuesta emocional a su vez se puede asociar con consecuencias, ya sean negativas o positivas, que se repiten con cierta constancia en el tiempo (las consecutivas crisis macro argentinas) y que provoquen dicha respuesta (salir despavoridos a comprar dólares, a cualquier precio).


Este mecanismo de asociación es el que produce lo que Damasio llama “marcador somático” y que influye en las decisiones a tomar a futuro. De esta manera, la reacción emotiva pasada influye en la toma de decisiones futura, posibilitando la anticipación de las consecuencias y guiando el proceso de resolución final ("el que apuesta al dólar gana en Argentina").

La reacción emotiva pasada, en el caso argentino, luego de décadas de desmanejo monetario y fiscal, se refleja en "el que apuesta al dólar gana", marcador somático profundamente guardado en la psiquis del argentino promedio, y que ha pasado de generación en generación en las familias argentinas, haciéndolo ya muy difícil de cambiar.

Para finalizar, el concepto de marcador somático, aplicado a la adicción argentina al dólar, se resume en que: 
  • el marcador somático se “aprende” de experiencias pasadas, nuestros históricos desmanejos fiscales y monetarios; 
  • el marcador somático se hace notar en situaciones en las cuales ciertos hechos actuales están asociados con emociones pasadas, el desmanejo fiscal y monetario actual; 
  • cuando el marcador se activa, se promueve la réplica parcial o completa de un estado emocional pasado asociado con la situación actual a resolver; ante desmanejos monetario-fiscales, corro despavorido a comprar dólares, al precio que sea; 
  • el marcador somático, como “memory trace”, queda grabado en circuitos corticales de alto orden, "el que apuesta al dólar siempre gana, a corto o largo plazo"
Autor: Sebastián Laza

Sebastián Laza es un economista argentino, egresado de la Universidad Nacional de Cuyo (Mendoza, Argentina), especializado en la interrelación entre Neurociencias, Psicología y Economía, con posgrados sobre el tema en la Universidad Nacional de La Plata (Argentina), National Research University (Rusia), y Duke University (USA). 

Comentarios

Entradas populares de este blog

Marcadores Somáticos: Atajos para la Toma de Decisiones

La hipótesis del marcador somático, de la mano de Antonio Damasio, ha sido muy relevante al momento de comprender el papel que juega la emoción en la toma de decisiones. La idea consiste en que las consecuencias de una decisión producen en la persona una determinada reacción emocional que es subjetiva, que se puede “vivenciar”, y que a su vez es somática, es decir se traduce en reacciones musculares, neuroendócrinas o neurofisiológicas. Esta respuesta emocional a su vez se puede asociar con consecuencias, ya sean negativas o positivas, que se repiten con cierta constancia en el tiempo y que provoquen dicha respuesta. Este mecanismo de asociación es el que produce lo que Damasio llama “marcador somático” y que influye en las decisiones a tomar a futuro. De esta manera, la reacción emotiva pasada influye en la toma de decisiones futura, posibilitando la anticipación de las consecuencias y guiando el proceso de resolución final. En este sentido se afirma que los marcadores

UN MUNDO DE GENTE APURADA

¿Se han puesto a pensar por qué andamos por la vida tan apurados? Dormimos poco, comemos apurados, compramos apurados, manejamos apurados, estudiamos apurados, multitasking en la oficina, zapping permanente en tv, en la música del auto, etc. VAMOS A EXPLOTAR. Se nos pasa el año volando, los días volando, las horas… Es frenético el ritmo.  ¿Pero quién nos apura? Los economistas decimos que “la gente prefiere ir más rápido o más lento, es decir elegir más a corto o a largo plazo, en función de lo que llamamos  tasa de preferencia temporal. Y está comprobado que,  en promedio, la gente suele valorar más obtener recompensa ahora, aunque sea menor, que esperar un tiempo Y OBTENER ALGO MAYOR A FUTURO.  No queremos esperar… lo queremos todo ya.  Podés legir rendir para un 10, pero te querés sacar de encima la materia ya, estudiás menos y aprobás con un 7.  Podés elegir esperar una semana, comparar precios y modelos, y comprarte el teléfono móvil nuevo … pero no… te en

DECIDIR NO DECIDIR: EL SESGO DE OMISIÓN

La mayoría de las veces, la gente, ante el riesgo, elige no actuar, con tal de no fallar. Tememos errar por naturaleza, y más aún tememos a las consecuencias del yerro en la acción, entonces preferimos la omisión.   De esta forma, cuando nos enfrentamos a una decisión riesgosa, la forma en que nos presentan el problema es muy importante. No es lo mismo presentar un problema en el que el individuo puede experimentar cierto nivel de pérdidas si falla en su acción, a otro en el que el individuo puede sufrir el mismo nivel de pérdidas, pero en esta ocasión cuando deja de actuar. El ser humano generalmente va a preferir fallar por omisión que por acción. El ejemplo clásico es el dilema del padre que debe decidir si vacunar a los hijos ante una enfermedad mortal, pero cuya vacuna tiene efectos secundarios. De esta forma, el padre debe decider si vacuna a su hijo contra una efermedad mortal de la que el hijo puede contagiarse naturalmente con un probabilidad del 1%. Si le pone l