La heurística de disponibilidad
es un atajo mental que las personas utilizan para evaluar la probabilidad o
frecuencia de un evento en función de qué tan fácil es recordar ejemplos
similares. Este sesgo cognitivo, identificado por Amos Tversky y Daniel
Kahneman, surge porque los individuos tienden a sobreestimar la probabilidad de
sucesos más recientes o que les resultan más impactantes emocionalmente.
Por ejemplo, tras ver noticias
sobre accidentes aéreos, es probable que alguien perciba los viajes en avión
como más peligrosos, a pesar de que estadísticamente son más seguros que otras
formas de transporte. De forma similar, un inversor podría sobrevalorar riesgos
financieros si recientemente ha experimentado pérdidas, o subestimar peligros
si ha tenido una serie de éxitos.
Este fenómeno demuestra que la
mente humana no procesa probabilidades objetivas de manera eficiente, sino que
recurre a la información más disponible, lo que puede llevar a decisiones
irracionales o sesgadas.
BIBLIOGRAFIA
- Barber y Odean (2008): Este trabajo examina cómo los inversores tienden a enfocar sus decisiones en acciones que reciben mucha atención mediática. La heurística de disponibilidad hace que los eventos más recientes o llamativos sean más fácilmente recordados, lo que lleva a los inversores a concentrarse en esas opciones, incluso si no son las más rentables. Este sesgo muestra cómo los inversores pueden dar demasiado peso a información destacada, reduciendo la racionalidad de sus decisiones.
- Rachlinski y Farina (2002): En un contexto regulatorio, este estudio señala que los responsables de políticas también se ven afectados por la heurística de disponibilidad. Por ejemplo, tras un evento mediático (como un desastre ambiental), los reguladores tienden a tomar decisiones enfocadas a corto plazo, respondiendo rápidamente a lo que parece urgente. Esto refleja cómo la disponibilidad de ciertos eventos puede sesgar decisiones importantes hacia soluciones menos eficaces en el largo plazo.
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