Los Premios Nobel en Economía han
reconocido en varias ocasiones a investigadores en el campo de la economía
conductual, que combina elementos de psicología y economía para estudiar cómo
las personas toman decisiones económicas en la práctica, las cuales muchas
veces se desvían de los modelos tradicionales de "racionalidad"
económica.
Daniel
Kahneman (2002)
Es considerado uno de los pioneros de la
economía conductual. Kahneman, un psicólogo, recibió el Premio Nobel por su
trabajo sobre el "juicio humano y la toma de decisiones bajo
incertidumbre". Junto con Amos Tversky (quien falleció antes de que
pudieran otorgarle el premio), desarrolló la "teoría de las
perspectivas" o Prospect
Theory. Esta teoría describe cómo las personas evalúan
probabilidades y toman decisiones en situaciones de riesgo, mostrando que la
gente tiende a ser más sensible a las pérdidas que a las ganancias
equivalentes, y no siempre toma decisiones de manera racional.
Richard Thaler
(2017)
Otro gran referente en la economía
conductual, Thaler fue premiado por su contribución a la integración de la
psicología en el análisis económico. Su trabajo ha demostrado cómo las
influencias psicológicas pueden afectar las decisiones financieras y
económicas, alejándose de los modelos tradicionales que asumían una toma de
decisiones puramente racional. Entre sus contribuciones más conocidas está el concepto
de "nudging" (empujoncito), una idea que implica usar pequeños
incentivos o cambios en el entorno para influir en las decisiones de las
personas sin restringir su libertad de elección.
Robert Shiller
(2013)
Aunque no exclusivamente un economista
conductual, Shiller compartió el Premio Nobel por su trabajo en el análisis de
los precios de los activos y sus fluctuaciones. Su investigación mostró que los
mercados financieros no siempre siguen un comportamiento racional, y que
factores emocionales y psicológicos juegan un papel clave en las burbujas
financieras y el comportamiento del mercado. Su obra también ha sido
fundamental en destacar el impacto de la psicología de los inversores en la
economía real.
Herbert Simon (1978)
También
podemos incluir a “Herbert A. Simon”, quien recibió el Premio Nobel de Economía
en 1978 por sus investigaciones sobre la "toma de decisiones en las
organizaciones". Aunque Simon no es un economista conductual en el sentido
más moderno, es una figura clave en la evolución del campo porque introdujo el
concepto de “racionalidad limitada” (“bounded rationality”).
Simon
argumentaba que las personas no tienen la capacidad ni el tiempo para tomar
decisiones completamente racionales, debido a las limitaciones cognitivas y la
información disponible. En su lugar, las personas tienden a buscar soluciones
"satisfactorias", no necesariamente óptimas. Este concepto fue un
precursor clave de muchas ideas de la economía conductual, ya que abrió el
camino para entender cómo los seres humanos toman decisiones en la vida real,
más allá de los modelos abstractos de racionalidad pura.
Simon fue
pionero en conectar la psicología con la teoría económica, y su trabajo ha
influido profundamente en investigadores posteriores como Daniel Kahneman y
Richard Thaler, quienes ampliaron sus ideas sobre las limitaciones cognitivas
en la toma de decisiones económicas.
Así que su
inclusión es importante para entender la historia de la economía conductual, ya
que él sentó las bases teóricas que otros Nobel posteriores expandieron.
Maurice Allais (1988)
También podemos
agregar a Maurice Allais, quien recibió el Premio Nobel de Economía en
1988. Aunque Allais no es estrictamente un economista conductual, su trabajo es
muy relevante para el campo, ya que contribuyó con una paradoja que desafió los
modelos tradicionales de toma de decisiones bajo incertidumbre.
La Paradoja de
Allais, propuesta en 1953, es un experimento que demuestra cómo las
decisiones reales de las personas violan los axiomas de la teoría de la
utilidad esperada, un pilar de la economía clásica. En este experimento, los
participantes eligen entre loterías con distintos niveles de riesgo, y sus
elecciones no coinciden con lo que se esperaría de agentes racionales según los
modelos económicos estándar. La paradoja de Allais muestra que, bajo ciertas
circunstancias, las personas prefieren opciones que son inconsistentes con la
maximización de la utilidad esperada, desafiando las predicciones del
comportamiento racional.
Este trabajo fue una
influencia significativa para el desarrollo de la teoría de las perspectivas
de Kahneman y Tversky, ya que también mostró que los modelos tradicionales de
racionalidad no capturan bien cómo las personas realmente toman decisiones en
condiciones de incertidumbre.
Allais es, por tanto,
otra figura clave cuya obra sirvió como precursor de muchas de las ideas que se
formalizaron más tarde en la economía conductual.
EN SÍNTESIS
La economía
conductual ha sido reconocida por varios Premios Nobel por su capacidad de
integrar la psicología y la economía, desafiando los modelos tradicionales que
asumían una toma de decisiones puramente racional. Investigadores como “Herbert
Simon” (1978), con su concepto de “racionalidad limitada”, y “Maurice Allais”
(1988), con su famosa paradoja, sentaron las bases para entender que las
personas no siempre actúan de manera óptima bajo incertidumbre. Estos trabajos
revelaron que, en lugar de maximizar la utilidad, los individuos a menudo toman
decisiones influenciadas por limitaciones cognitivas, emocionales y el entorno
en el que se encuentran.
Más
recientemente, “Daniel Kahneman” (2002) y “Richard Thaler” (2017) profundizaron
en estos conceptos, mostrando que factores como el miedo a las pérdidas, los
sesgos cognitivos y las pequeñas influencias del entorno (nudging) son
cruciales en la toma de decisiones económicas. “Robert Shiller” (2013) también
contribuyó al estudio de cómo las emociones y la psicología de los inversores
afectan los mercados financieros. Estos Premios Nobel destacan la importancia
de entender la conducta humana real, que muchas veces se desvía de la
racionalidad clásica, para desarrollar teorías económicas más realistas y
aplicadas.
Bibliografía
1. "Thinking, Fast
and Slow" – Daniel Kahneman (2011): Un libro fundamental donde Kahneman presenta
su investigación sobre cómo funcionan los dos sistemas de pensamiento (rápido e
intuitivo vs. lento y deliberado), y cómo estos afectan nuestras decisiones
diarias y económicas.
2. "Nudge: Improving
Decisions About Health, Wealth, and Happiness" – Richard H. Thaler y
Cass R. Sunstein (2008): Explora cómo pequeños "empujoncitos" o
cambios en el entorno pueden influir en nuestras decisiones sin restringir la
libertad de elección, aplicando ideas de la economía conductual a políticas públicas
y el comportamiento de consumo.
3. "Misbehaving: The
Making of Behavioral Economics" – Richard H. Thaler (2015): En este libro, Thaler relata la evolución
de la economía conductual desde sus primeros días, explicando cómo desafió los
supuestos de la economía clásica y demostró la importancia de los sesgos y las
emociones en las decisiones económicas.
4. "Animal Spirits:
How Human Psychology Drives the Economy, and Why It Matters for Global
Capitalism" – George A. Akerlof y Robert J. Shiller (2009): Examina el papel de la
psicología en las crisis económicas y los ciclos del mercado, destacando cómo
las emociones, como la confianza o el miedo, pueden desestabilizar los mercados
financieros.
5. "The Undoing
Project: A Friendship That Changed Our Minds" – Michael Lewis
(2016): Narra la historia de la colaboración entre Daniel Kahneman y Amos
Tversky, y cómo sus investigaciones sobre la toma de decisiones bajo
incertidumbre revolucionaron tanto la psicología como la economía conductual.
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