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LEYENDO A BYUNG CHUL HAN: ¿ES POSIBLE UNA FASE SUPERIOR DE CAPITALISMO?

 

El filósofo surcoreano Byung-Chul Han ha desarrollado una aguda crítica al capitalismo contemporáneo, caracterizándolo como un sistema de auto-explotación en el que el individuo se somete voluntariamente a una lógica de productividad extrema. En su libro Capitalismo y Pulsión de Muerte, Han establece una conexión directa entre la dinámica neoliberal y la teoría psicoanalítica de Sigmund Freud, en particular su concepto de la pulsión de muerte (Todestrieb). Esta idea freudiana, que describe una tendencia inconsciente hacia la repetición, el desgaste y la autodestrucción, encuentra en la fase actual de capitalismo un campo de expresión devastador.

La Autoexplotación como Nueva Forma de Dominación

Han argumenta que el neoliberalismo ha transformado el sistema de explotación tradicional: ya no hay un amo visible, sino que cada sujeto se convierte en su propio opresor. En la llamada "sociedad del rendimiento", el individuo se siente libre mientras se sobrecarga de trabajo, en una carrera infinita por la optimización de sí mismo.

Este fenómeno se vincula con la pulsión de muerte en la medida en que el capitalismo lleva a las personas a un agotamiento progresivo, anulando su capacidad de resistencia y reflexión. Al no haber un enemigo externo contra el cual rebelarse, la explotación se interioriza y se convierte en una patología social: estrés crónico, depresión, ansiedad y burnout.

La Positividad Tóxica y la Supresión del Conflicto

Uno de los puntos clave en la obra de Han es su crítica a la eliminación de la negatividad en el capitalismo actual. Mientras que en sociedades anteriores la lucha de clases y la resistencia permitían la confrontación y el cambio, hoy la positividad es absoluta: se impone la idea de que todo es posible, todo es alcanzable, y el fracaso es culpa exclusiva del individuo. Esta positividad extrema impide la pausa y la reflexión, haciendo que la vida se reduzca a una sucesión de tareas sin descanso.

En términos freudianos, esta dinámica refuerza la pulsión de muerte, ya que el sujeto queda atrapado en un ciclo compulsivo de producción y consumo sin sentido, que lo desgasta hasta la extenuación. Freud veía la pulsión de muerte como una fuerza que empuja al organismo a su disolución, y Han encuentra en el capitalismo una maquinaria que acelera ese proceso a nivel psíquico y social.

La Sociedad del Cansancio como Manifestación de la Pulsión de Muerte

Otro de los conceptos fundamentales de Han es la "sociedad del cansancio". En ella, las enfermedades del siglo XXI no son infecciosas, sino neuronales: la depresión, el burnout y los trastornos de ansiedad se han convertido en epidemias. Esto se debe a que la autoexplotación neoliberal no permite el descanso ni la desconexión. La exigencia de un rendimiento constante destruye la capacidad del sujeto para regenerarse, convirtiéndolo en una máquina de productividad que se desgasta hasta el colapso.

Aquí nuevamente encontramos el eco de la pulsión de muerte: la repetición compulsiva de un esfuerzo sin sentido, que solo conduce al agotamiento. Mientras que en el capitalismo industrial el enemigo era externo (el capitalista que explotaba al obrero), en el capitalismo actual el enemigo está dentro de cada individuo, que se autoimpone cargas inalcanzables en nombre del éxito y la superación personal.

¿Es Posible una Salida?

La lectura de Han nos enfrenta a una pregunta inquietante: ¿es posible resistir a un sistema que opera desde dentro de nosotros mismos? Si la explotación ya no es impuesta, sino asumida voluntariamente, la revolución no puede ser meramente política o económica, sino que debe ser psíquica y cultural. Freud sugería que la pulsión de muerte podía ser contrarrestada por Eros, la pulsión de vida, que busca la conexión, el placer y la creatividad. En este sentido, Han invita a recuperar el espacio para la contemplación, la pausa y el pensamiento crítico como formas de resistencia frente a la lógica destructiva del capitalismo contemporáneo.

En conclusión, Capitalismo y Pulsión de Muerte no solo es una crítica filosófica, sino también una advertencia sobre los peligros de una sociedad que ha convertido el rendimiento en su único valor. La gran paradoja de la fase capitalista actual es que, al eliminar los límites, no estaría generando más libertad, sino una especie de nueva forma de esclavitud, en la que el sujeto, creyéndose autónomo, se convierte en el verdugo de sí mismo. La pulsión de muerte freudiana, lejos de ser un concepto abstracto, se manifiesta hoy en el agotamiento estructural de una humanidad que, en su afán de producir sin cesar, está cavando su propia tumba.

Quizás estemos a las puertas de evolucionar hacia una nueva fase de capitalismo, más humanizada, pero se necesita un despertar de conciencia de muchos individuos a la vez para hacer el giro.

Bibliografía

  • Freud, S. (1920). Más allá del principio del placer. Editorial Amorrortu.
  • Han, B.-C. (2012). La sociedad del cansancio. Herder Editorial.
  • Han, B.-C. (2022). Capitalismo y pulsión de muerte. Herder Editorial.
  • Han, B.-C. (2015). Psicopolítica: neoliberalismo y nuevas técnicas de poder. Herder Editorial.
  • Berardi, F. (2009). Precarious Rhapsody: Semiocapitalism and the Pathologies of the Post-Alpha Generation. Minor Compositions.

 


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