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CEDEARs Y SESGOS CONDUCTUALES

 

En un contexto de alta inflación y restricciones cambiarias, los Certificados de Depósito Argentinos (CEDEAR) han ganado popularidad entre los inversores locales como una herramienta efectiva para diversificar y proteger el capital. Estos instrumentos permiten invertir en empresas globales como Apple, Tesla o Coca-Cola, pero cotizan en pesos argentinos y están sujetos al tipo de cambio del dólar contado con liquidación (CCL).

Diversificación sin fronteras

Los CEDEAR ofrecen la posibilidad de acceder a mercados internacionales sin la necesidad de abrir cuentas en el exterior, algo especialmente relevante para quienes buscan reducir su exposición al riesgo país. Por ejemplo, incluir CEDEAR de sectores variados como tecnología, energía o consumo masivo puede equilibrar una cartera excesivamente concentrada en acciones locales.

¿CEDEAR o acciones extranjeras directas?

Invertir directamente en acciones extranjeras a través de brokers internacionales permite acceder a un abanico más amplio de opciones, pero implica mayores costos operativos y la necesidad de cumplir con regulaciones fiscales fuera de Argentina. En comparación, los CEDEAR representan una alternativa más sencilla y accesible para el pequeño inversor. Sin embargo, su dependencia del mercado argentino puede limitar su liquidez en momentos de crisis.

La influencia del dólar

El precio de los CEDEAR está directamente vinculado al dólar CCL, lo que los convierte en un refugio contra la devaluación. Esto también significa que sus rendimientos están expuestos a la volatilidad cambiaria. Por ejemplo, en períodos de fortalecimiento del peso, los precios de los CEDEAR tienden a corregirse, aunque los activos subyacentes puedan mostrar buenos resultados en sus mercados de origen.

Sesgos conductuales

Los inversores argentinos no solo enfrentan factores macroeconómicos como la inflación y la devaluación del peso, sino también una serie de sesgos conductuales que pueden afectar sus decisiones de inversión. Los sesgos cognitivos son distorsiones en la forma en que percibimos la información y tomamos decisiones, y en el contexto de los CEDEAR, estos pueden influir de manera significativa.

1.     Sesgo de familiaridad

Este sesgo se refiere a la tendencia de los inversores a preferir activos que les son familiares o conocidos. En el caso de los CEDEAR, esto se traduce en una fuerte concentración de inversiones en empresas populares o globalmente reconocidas, como las tecnológicas (Apple, Amazon, Microsoft) o las grandes marcas de consumo. Si bien estas compañías han demostrado un buen desempeño histórico, un enfoque exclusivo en ellas puede generar una cartera desequilibrada y expuesta a riesgos concentrados. La falta de conocimiento sobre otras industrias o mercados puede llevar a perder oportunidades en sectores emergentes o en empresas con alto potencial de crecimiento, pero menos conocidas.

2.     Aversión a la pérdida

Este es uno de los sesgos más comunes, donde los inversores sienten el dolor de una pérdida más intensamente que el placer de una ganancia equivalente. En tiempos de alta volatilidad, como los que suelen ocurrir en los mercados financieros argentinos, los inversores pueden reaccionar de manera impulsiva, vendiendo sus activos (incluidos los CEDEAR) para evitar mayores pérdidas, incluso cuando el comportamiento de los activos subyacentes podría justificar mantener la inversión. Esta aversión puede generar movimientos erráticos y no siempre racionales, como el pánico por caídas temporales del mercado.

3.     Sesgo de disponibilidad

Este sesgo ocurre cuando las personas toman decisiones basadas en la información que más fácilmente les viene a la mente, en lugar de considerar todas las opciones disponibles. En el contexto de los CEDEAR, los inversores pueden verse influenciados por las noticias y el bombardeo constante de información acerca de ciertos activos. Por ejemplo, un inversor argentino puede ser más propenso a comprar un CEDEAR de Tesla solo porque ha escuchado mucho sobre la empresa en los medios de comunicación, sin realizar un análisis exhaustivo de otras opciones o de los riesgos asociados. Esto puede llevar a una sobreexposición a activos populares y a una falta de diversificación real.

4.     Exceso de confianza

El exceso de confianza se refiere a la sobreestimación de nuestras habilidades y conocimiento sobre el mercado. Un inversor argentino que ha tenido buenos resultados invirtiendo en CEDEAR puede sentirse excesivamente confiado, lo que puede llevarlo a tomar decisiones más arriesgadas o a ignorar señales de alerta. En el caso de los CEDEAR, este sesgo puede llevar a una concentración de inversiones en empresas con alto riesgo o en mercados volátiles, sin tener en cuenta la necesidad de ajustar las carteras ante cambios en el entorno macroeconómico.

5.     Anclaje

El sesgo de anclaje ocurre cuando los inversores se basan demasiado en una referencia inicial al tomar decisiones. En el caso de los CEDEAR, un inversor puede anclar su decisión de compra al precio inicial de un activo y no ajustarlo adecuadamente conforme las condiciones cambian. Si un CEDEAR comenzó a cotizar a un precio bajo pero luego se valoriza significativamente, el inversor puede retener el activo más allá de su valor fundamental solo porque se siente "anclado" al precio de compra inicial, ignorando los cambios en los factores subyacentes que afectan el valor de la acción.

¿Cómo minimizar estos sesgos?

Para contrarrestar estos sesgos, es fundamental que los inversores adopten un enfoque más racional y reflexivo a la hora de tomar decisiones. Algunas estrategias incluyen:

  • Educación financiera: Ampliar el conocimiento sobre diferentes mercados y activos ayuda a superar el sesgo de familiaridad.
  • Diversificación: Es clave no concentrar demasiado las inversiones en pocas empresas o sectores populares.
  • Análisis fundamental y técnico: Evaluar los activos en función de su desempeño real y perspectivas de crecimiento, no solo de la información mediática.
  • Establecer metas claras: Tener objetivos específicos y límites de pérdida predefinidos puede ayudar a evitar la aversión a la pérdida y las decisiones impulsivas.
  • Asesoramiento profesional: Consultar con expertos o utilizar herramientas de gestión de carteras puede proporcionar una visión más objetiva y alejada de los sesgos personales.

Conclusión

Los CEDEAR representan una puerta de entrada al mercado global desde la comodidad del mercado argentino. Sin embargo, aprovechar plenamente su potencial requiere una estrategia bien informada, que contemple tanto las oportunidades como los riesgos inherentes. Con un enfoque diversificado y consciente de los sesgos conductuales, estos instrumentos pueden ser una pieza clave en la construcción de carteras resilientes frente a los desafíos económicos actuales.

El comportamiento de los inversores frente a los CEDEAR refleja la interacción entre las condiciones del mercado y los sesgos conductuales que todos enfrentamos. Ser consciente de estos sesgos y adoptar estrategias para mitigarlos puede resultar en decisiones de inversión más equilibradas y con mejores resultados a largo plazo.

Biblio

v Kahneman, D. (2011). Pensar rápido, pensar despacio. Editorial Debate.
Este libro es una de las principales referencias sobre los sesgos cognitivos y la psicología del comportamiento humano. Kahneman, ganador del Premio Nobel, explora cómo las personas toman decisiones en condiciones de incertidumbre y cómo los sesgos afectan nuestras elecciones.

v Thaler, R. H., & Sunstein, C. R. (2008). Nudge: Improving Decisions About Health, Wealth, and Happiness. Penguin Books.
Este libro introduce la teoría del "nudge", que analiza cómo las personas toman decisiones económicas y cómo los sesgos conductuales afectan esas decisiones. Es útil para entender cómo los inversores toman decisiones en contextos como el de los CEDEAR.

v Shefrin, H. (2000). Beyond Greed and Fear: Understanding Behavioral Finance and the Psychology of Investing. Oxford University Press.
En este libro, Shefrin presenta una introducción accesible a la economía conductual y cómo los sesgos emocionales y psicológicos afectan las decisiones de inversión, lo que se puede aplicar a los inversores en CEDEAR.

v Barberis, N., & Thaler, R. (2003). A Survey of Behavioral Finance. In Handbook of the Economics of Finance (pp. 1053-1128). Elsevier.
Este artículo proporciona una revisión detallada de la literatura sobre finanzas conductuales, abarcando los principales sesgos que afectan las decisiones financieras, incluidos los que pueden influir en los inversores que eligen instrumentos como los CEDEAR.

v Statman, M. (2019). Behavioral Finance: The Second Generation. CFA Institute Research Foundation.
Statman explora la evolución de las finanzas conductuales, enfocándose en los sesgos que los inversores aplican al tomar decisiones en los mercados financieros, y cómo estos afectan las inversiones en instrumentos como los CEDEAR.



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